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Perdona… ¿Hola?

septiembre 5, 2006

Bien. Allá va otra entrada de la categoria “iniciemos categorias que nunca llegarán a tener más de un post”.

El Chico de los Rizos y sus amigos tienen una muletilla bastante graciosa que se me ha terminado pegando. Cuando alguien dice alguna ida de olla o incongruencia así despreocupadamente, responden algo como “Perdona… ¿Hola?” Dicho el perdona con moderado tonillo repelente, y el hola completamente lleno de incredulidad. Lo he terminado adoptando, porque de hecho yo soy como una de esas pizarras blancas que hay por las aulas vacías de las academias de idiomas. Ya saben, en el cole hay como cierta compostura (a veces) pero en las academias de idiomas, los alumnos, que saben que van ahí pagando porque les da la gana, son conscientes de que tienen cierto derecho a darse gustitos como, digamos, entrar en una aula vacía (suele ser mas habitual encontrar aulas vacías en las academias de idiomas por cosas de esas de horarios repartidos), y poner su granito de arena en la maravillosa pizarra blanca, con esos retuladores tan esnifables, ya sea una firmita, ya sea un dibujo de un miembro, ya sea un hola. El caso es que servidora fagocita cualquier frase tontuna, cualquier tonillo, o cualquier gestito que acompañe el tonillo, para hacersela suya, de manera que termino hablando bastante igual que con quién vaya, llegando a veces a hacer mezclas asi un poco peligrosas. También es culpa de que la gente me ría las gracias y algunas de estas sean imitar a la gente. Como los críos, vamos, que si doy risa hablando como X, termino gastando el chiste consiguiendo que termine siendo mi forma de hablar.

Esto era la introducción inauguratoria de la sección “Perdona… ¿Hola?” Que ya he dicho que posiblemente no tenga más que este post, por eso lo alargo tanto. Si les parece largo, quéndense aquí, y dentro de tres semanas, cuando no haya escrito nada nuevo todavía, se lo terminan 😀

Ah, por si quedan dudas, la sección es sobre anecdotas en las que me he quedado flipando con alguien y he tenido ganas de decirle (o le he dicho): “Perdona… ¿Hola?”

El “Perdona… ¿Hola?” de hoy ha sucedido en esa nuestra farmacia tan odiada y tan amada, bueno, no, mas odiada que amada, pero que al fin y al cabo me proporciona dinero para gastarme en putos, colonias (dios, si, me compré una colonia!!), al final de una jornada que si bien no ha tenido mucho mas intringulis que las demás, se ha caracterizado por tener el grueso de gente, la concentración critica hacia el final de la misma, momento donde han tenido lugar los hechos.

La cola del final del día era monumental. Con las colas largas siempre me sorprendo de lo que piden los clientes, porque a veces realmente me planteo si vale la pena esperar veinte minutos de tu vida para comprar unos tapones para los oidos, o una crema para las picaduras de los mosquitos, que después de todos, se van solas.

La señora en cuestión, una ecuatoriana de unos… no llegaría a los treina supongo, me vino hablando bajito, como hacen normalmente los ecuatorianos. No tengo nada en contra de la gente que habla bajito, pero si esta la tienda llena, dificulta un poco mi trabajo no escuchar lo que piden.

– Perdone…
– Dígame?
– PERDONE…
– Si, diga.
– Aquí tienen doctor?

Miré con cierta cara de pasmo, planteándome si tenía que ser borde o no, porque a veces me apetece mucho ser borde con la gente.

– Realmente no, esto es una farmacia, hay farmaceuticos.
– Ah…. –mirada al infinito.

Silencio.

-Necesita ud atención médica? Se encuentra mal?

Silencio. Más mirada al infinito.

– No bueno, si, esta mañana… me… levanté… con un dolor en el costado.

Por primera y unica vez se toca un poco el costado.

– Ah, pero que tipo de dolor? Se nota el abdomen hinchado? Muy duro quizás? –he de decir que siempre pienso lo peor y me daba miedo que tuviera apendicitis.

Silencio.

– Quizas un poco hinchado –repito, no se tocó el abdomen para asegurarse si estaba duro o no.
– Le duele mucho?

Mal por mi parte, NUNCA hay que darle ideas a la gente. Si les duele mucho ya me lo dirán. Si no les duele mucho pero les sugiero que cabe la posibilidad que les duela mucho y asi consigan mejor droga, me dirán que les duele mucho.

– Si… MUCHO. –un poco de cara de dolor.

Silencio. La gente de la cola que estaba cerca miraban. Me planteé si realmente estaba en mi mano la solución a su problema, porque realmente todavía no me había pedido solución. Quizás estaba tan segura que necesitaba un medico, porque el dolor era en fuerte (aunque no hacía especialmente cara de desesperación) que no consideraba la opción de pedirme algun medicamento. Había que tomar alguna decisión porque realmente la cosa era un poco conversa de besugos.

– Pero a ver –poniéndome algo más seria-, necesita ud ir al médico? O quiere que le dé algo…?

Silencio.

Silencio y mirada al infinito.

– Verá…
– Dígame…
– Es que yo lo que necesitaba era un justificante para el trabajo, porque no he ido.

Me quedé congelada mirándola. Debió de ser una mirada algo terrible, porque mis compañeras luego me preguntaron que qué me pasaba con esa señora, porque me habia “quedado congelada” delante de ella. Aquí es dónde le iba a decir “PERDONA…. ¿HOLA?”. Pero no se lo dije, porque aunque sea una clienta con tan poca pinta de consumir como era ella, todos son clientes potenciales en un momento u otro y no hay que perder ventas por una cuestión de que la señora tenga un morro que se lo pisa.

– Me temo que aquí no hacemos ese tipo de cosas.
– Ya… vale.

Y se fue. Sin pedir nada para el dolor, bajo mi mirada estupefacta y atónita.

Listas

junio 17, 2006

Hay gente que es muy de listas y de relistas, de lo mejor de lo mejor de tal, lo peor de otro cual… No es que vaya a hacer un post de alabanza o de crítica destroyer, que podría hacer ambos si me lo propusiera, hay tontolainas que hacen odiar el concepto listas y gente maravillosa que da sentido de nuevo a la palabra. Hoy voy a comunicar el inicio de mi primera lista de cosas que no son la compra.

Hay que decir antes que, bueno, yo soy de esa gente que siempre empieza cosas y no las termina. A cualquier lector medianamente asiduo (si es que se pudiera aplicar asiduidad a leer un post que consigo parir cada tres años) esto le resultara familiar, por lo que he comentado en los paréntesis de la línea de arriba. Des de luego hago unas frases rarísimas cuando intento escribir como si me lo currase. Qué satisfacción es siempre pensar eso de que “soy de ciencias”. Pero vamos, que quizás sea una lista de un elemento solamente, peeeero, creo que incluso así tiene razón de ser.

Bueno, mi lista, atención, es de escenas memorables de la historia del cine. Como soy humilde, y ya se que una lista así existirá en muchos blogs de gafopastosos, que tendrán intención real de hacer una lista de escenas memorables de la historia del cine, con argumentación técnica, filosófica y ética seguramente, esta lista será abiertamente personal, la lista de mis escenas memorables basada en mis argumentos, que en general, son las risas que me he echado durante el visionado de las mismas. Para que les cuenten lo magistral que es el plano del directorcillo de moda ya hay otra gente que sabe de verdad de que habla.

La peli es Thumbsucker, que he ido a ver esta tarde con mi Chico de los Rizos, Chin y NK, en unos cines de estos en VOS, de ir con una ceja levantada y decir ejem ejem. Chin y yo hacemos cualquier cosa en un cine, menos ejem ejem, porque la peli esta repleta de chistecillos mas o menos currados. La recomiendo encarecidamente, no solo por los chistecillos, si no por una particular visión de lo que es medicar a los críos con drogaína de la buena, la vida en familia, y demás cositas de las personas en general, ya que termina con una moralina que es tal y sin ser demasiado rabiosa (ya se sabe que da mucha rabia cuando una peli ves un momento de esos de, aquí te digo yo lo que tienes que aprender con mi flín, y se caga la burra).

(atención, spoileer)

El dentista new age del chaval, Keanu Reeves, un tipo que tiene bonsais en la consulta, corre en carreras del pueblo y ejerce de asesor psicológico casi más que de ortodoncista, para quitarle su manía de chuparse el dedo, intenta la hipnosis. No sólo consigue que el chaval encuentre a su animal del poder, si no que encima el pulgar le sabe a partir de entonces a equinácea, cosa que termina minando los nervios del desgraciaillo, que no puede seguir adelante con su particular vicio. Llama al dentista para echarse atrás con la “terapia” y éste le dice que aguante, y que llame a su animal del poder. Y el chaval, harto, decide vengarse.

Suben el prota y su hermano pequeño, una cuesta, en un bosque, hacia un gentío, con unos carteles. Tienen una pequeña discusión sobre si lo hacen o no, y al final terminan cruzando el gentío para ir a parar a la carretera, donde tiene lugar una carrera de bicicletas. En cuanto se acerca Keanu, pedaleando, los chavales levantan los carteles, y atención, son unas enormes fotos de lobos (el animal del poder de Keanu) tachados con pintura roja, así a brocha gorda. Pero no es una psicofalta normal, no es que Keanu, ante la atrocidad que es que tachen su animal del poder (que se supone que es secreto pero que adivinan cual es porque tiene la consulta llena de posters), se caiga. NO. Es que los chavales se colocan delante de él y prácticamente lo aporrean con los carteles, hasta que se sale de la carretera y se pega el ostión padre.

El origen de las palabras

junio 10, 2006

El lenguaje se inventó como respuesta a la necesidad de referirse a los objetos sin que estos estuvieran presentes. Más o menos. Así, si tenías una piedra delante, te bastaba con señalarla o a lo sumo tirársela directo al entrecejo de tu vecino, si es que se estaba pasando de listo.

Leí por algun sitio que uno de los puntos que llevaron a diferenciar a los hombres de sus antepasados algo más animales es la capacidad de abstracción. Dar nombre a cosas que no puedes señalar, describir aquello que no puedes ver. Y eso si que realmente solo se puede hacer con lenguaje. Describir, me refiero. Transmitir es otra cosa.

Así pues, hay palabras que nacen del deseo de poder etiquetar excepcionalidades de la naturaleza y poder darlas a entender a quiénes no la experimentan en sus carnes. Pero como al crear una palabra para algo que no se puede enlatar, puede cambiar el significado que tenga para cada emisor y receptor, y de ahí la pega o la preciosidad de la comunicación: hacer que unos y otros tengamos que entender qué significan ciertas cosas para cada uno.

Algun día, pues, alguien tuvo que inventar la palabra ángel, englosando varios conceptos que él sabría. Y a partir de ahí cada cual le ha dado significados varios. Como no soy filologa y no tengo la menor intención de pararme a estudiarlo, me quedaré en que no tengo ni idea de si la primera mención a los ángeles fue o no en la biblia, pero es que me da la sensación de que no… Y si fue así, tampoco creo que de repente alguien tuviera la feliz idea de inventarse unos seres en nada parecidos a los que le rodeaban, no. Los ángeles existen y viven entre nosotros.

Nunca me había parado a pensar especialmente en la palabra, hasta hace un año, casi, cuando vi de repente justificada la existencia del término, pues no se me ocurre nada tan grande como para catalogar a una persona como era Marta.

Ya se sabe que muertos todos somos grandes personas, sin mal alguno, todo virtudes. Pero de ella se puede decir que ya en vida se le atribuía toda la bondad atribuíble. Quizás su discapacidad la había hecho desarrollarse incosnciente y ajena a la malicia de un mundo lleno de mierda, pero con la que le había llegado a salpicar, tampoco hubiera sorprendido que hubiera sido una pesada y quejica del copón. Pero no. Amor incondicional y paciencia sincera, eso era Marta. Un ángel que nos acompañó veinte años, que se han hecho cortos, sin que ello signifique que no estuvieran aprovechados.

Se fue dejando atrás una marca en todos los que la conocieron, no una marca muy escandalosa, o espectacular, no, algo discreto que mientras vivió no terminamos de percibir, pero que ahora es profunda y duradera. Todos echamos de menos sus abrazos. Y jugar con ella a Barbies también, qué coño.

(…y será que tengo una epoca pachanga, pero no me sale lyric más adecuado para la ocasión…)

Declaración de Principios

abril 16, 2006

Desayunar quiche mola. Aunque sea de casa tarradellas recalentada. Aunque sea un domingo antes de ir a currar. Y sobretodo, aunque te hayas equivocado con el despertador y te hayas desvelado antes de tiempo.

Iba a decir que este va a ser un gran día. Luego iba decir que no, porque aún con la quiche, hoy no viene la Maja del Lunar a currar y no tendré nadie con quién decir barbaridades. Pero en realidad no tengo ni idea de como será hoy y las barbaridades las puedo decir igualmente a los clientes. Ayer, por decir algo, la srta Carpediem y yo terminamos cantando «No me gusta que a los toros te pongas la minifalda» a una clienta.

Si es que me quejo por vicio.

Un buen día

abril 13, 2006

Hoy podría perfectamente pegar la letra de esta canción de los Planetas, porque el día de ayer en parte fue como el dia que canta J, un día de no hacer nada productivo, de tocarme las pelotas y estar con gente maja. En concreto La Maja del Lunar, que no les diré dónde tiene el lunar, pero si soltaré como quien no quiere la cosa que está ubicado en un sitio sonrojante. Aish. Y qué maja es X)

Pero no pegaré esa letra porque tiene un transfondo bastante angustioso que no cuadra con el estado de paz en el que me veo sumida. Será la astenia primaveral, o será que me hago mayor, pero ultimamente mis emociones parecen sacadas de un tarrito de ketamina.

No voy a relatar el día entero, quédense con que visitamos el Cosmocaixa, o el antiguo Museu de la Ciència. Un sitio guai.

Es un museo interactivo, de tocar, ver, y descubrir cosas. De muchos temas: hay física pura, biología, geología, un poco de antropología y pajereces varias para vacilar al personal. Falta química para mi gusto. Bonita bonita la exposición sobre Einstein. Te enseñan un monton y todo explicado de una manera completamente bàsica, sin que tengas la sensación de estar en una clase. Yo he aprendido, por ejemplo:

– El porqué del 3er principio de la Termodinámica, ese que dice que el desorden del universo va aumentando. Por qué el desorden es mas estable? Siempre me habian ejemplificado que una pila bien hecha de libros es mucho mas facil de tirar al suelo que un montón de libros apelotonados. Si, pero no. Aquí nos muestran un cubo repleto de bolitas flotantes (por una corriente de aire, pero equivalen a moleculas de gas), y nos dicen que hay muchas mas maneras (combinaciones) de que estén estas en equilibrio por ahí desparramadas, que no que estén todas ordenaditas en un rincón alineadas. A mi me ha quedado mas claro.

– El movimiento Browniano, que siguen las particulas en una suspensión. Por qué se mueven aleatoriamente? Por qué las vemos desplazarse erráticamente sin rumbo? Pues porque las moleculas del dissolvente, como seria el caso del agua, que no observamos si no que parecen el medio donde se mueven las particulas «visibles», también se mueven! De hecho muchisimo más, y van empujando a las particulas mayores que están por ahí, hasta moverlas.

– Que hay una constelación zodiacal que no tiene signo. Es decir. Las constelaciones zodiacales son aquellas que se encuentran en la franja del cielo por donde pasa el sol. Y hay trece, solo que quién le dio por hacer los signos no quiso incluir la de un tio que tiene una serpiente. Es por lo visto un tipo, un tal Asclepio, que curaba con el veneno, y de ahí que la serpiente sea el simbolo de los médicos. Má o meno. (si, sé que Asclepio es del Dios de la Medicina)

– Que una rana y una serpiente pueden convivir en la misma jaula, si la primera es venenosa y la segunda lo sabe. Eso ya lo sabía, pero mas que nada lo constaté. La rana era azul y amarilla y muy bonita.

– Cómo se forma un tornado. Y hay una vitrina dónde se crea uno delante de tus narices y puedes meter la mano.

Y más cositas que ahora ya no caigo y me empieza a dar pereza contar. Insisto en recomendar la visita. Tómenselo con calma si quieren ver y tocar todo: la distribución es completamente absurda. Antes había salas, y podías seguir un recorrido que te ayudaba a ver aproximadamente todo, con un orden. Ahora, en pro de la modernidad y el diseño, el grueso del tinglado es una sala enorme, con paredes, vitrinas y biombos asimétricos para perderse. Eso está bien si vas ahí a dejar sueltos a los críos para que vayan corriendo y empujando a los vistantes, pero no si quieres estar al caso de todo. La reproducción del bosque tropical muy chula también, y el Planetario, que es como un Imax pequeñín muy divertido.

Por la noche se arremató la jugada con una visita al Falso Pub Irlandés que hay cerca de mi casa, que ponen música de Jarabe de Palo y Duncan Dhu. Pero qué les voy a reclamar: yo tampoco soy irlandesa y ni siquiera me pedí una birra…

Loser

abril 11, 2006

Sips, loser de los losers de toda la vida. Es la primera palabra que me viene a la cabeza, cabeza bien protegida por otro lado, cuando me miro en el espejo con mi nuevo (y primer) casco para la bici. Imagino esos pobres chavales gafotas de high school americana, que se tropiezan, se les caen los libros y los bullys les pinchan las ruedas. Es que son feos y antiestéticos la mierda de cascos para bici.

Quien me conozca medianamente sabrá lo mío con la bici. Quién no, ahora lo aclaro. No es que me dedique al ciclismo amateur ni nada de eso, pero encuentro en la bicicleta un medio de transporte altamente rentable: se llega a los sitios más rápido que andando y el único gasto que hay es calórico, con lo que salgo ganando: calorías me sobran a destajo. Está el tema de que si hay mucha cuesta sudas lo tuyo, así que se descarta para ir a las recepciones que da el Embajador en su chalet de la montaña. En el crudo invierno y el tope del verano también, por motivos tan evidentes que si alguien no los encuentra, le sugiero que pille una bici y empiece a pedalear con un desnivel del 15% llevando dos jerseis, abrigo y bufanda, o en camiseta pero a 30º C a la sombra. (y no digo 40 por no sonar exagerada).

Seguro que se ríen si una comeflores como yo dice que la velocidad le pone, porque más bien tengo pinta de que me dé mucho miedo. Y si, me da mucho miedo, pero también me pone. Es lo mejor. Eso de bajar la Avenida Pedralbes a toda leche, sintiendo la gravilla suelta como un campo de baches, desviándote al otro carril con un ligero toque de manillar, notando el viento por todas partes, y pensando, mierdamierdamierda que ostión te vas a dar, hace que al llegar al final, a la puerta de la uni, sana y salva, seas la tipa mas relajada y segura del mundo.

Supongo que por eso, el otro día que me la pegué de la manera mas tonta posible, me sentí todo lo contrario, una insignificante y temblorosa pánfila con una bici y el labio partido. No partido del todo menos mal, pero sí que estuve unos días como si hubiera ido a implantarme colágeno en los morros a Corporación Dermoestética y le hubieran dejado el trabajo a la secretaria. Y aún me noto bultito por dentro.

La manera más tonta posible es caerse subiendo a la acera a velocidad 0 y estamparse la jeta a cámara lenta en el arcén, entre un taxi y el bordillo. Primero subes una rueda, luego la otra, y cuando empiezas a pedalear la rueda trasera vuelve a bajar, la bici pierde estabilidad, se tumba, pones un pies en el suelo y piensas, salvada. Sigues cayendo, pones una mano en el taxi y dices, ya está. Pero sigues cayendo, los airbags frontales amortiguan un poco, crees que ya está, pero el peso de la sabiduría empuja a tu coco a seguir cayendo, hasta que literalmente te comes el suelo. Todo esto por no tener paciencia de esperar que el semáforo cambiara a verde y pensar que subirse a la acera es la opción correcta.

Mi hermano dice que es un tontería que ahora me compre un casco, porque a no ser que hubiera llevado uno de futbol americano, no me hubiera salvado los morritos. Pero estos sustos siempre te hacen ver las cosas de manera distinta: sentí de una manera exagerada la fragilidad de la especie humana, y en especial la mía propia, desde los pies hasta los dientes. En el primer momento es el orgullo que te dice, si te hubieras hecho más daño y el casco pudiera haberlo evitado, ahora mismo alguien te estaría dicendo, ya te aviséee. Luego es el desamparo y la consciencia de soledad ante estos berenjenales, te echas unos lloros y deseas que aparezca alguien para darte un caramelo, y te lamentas de absolutamente todo, entre ello, el ser tan tonta de ir sin casco. Pero cuando se te pasa ves que poco importa tener o no a alguien que te consuele, si lo que queda para consolar es un cacho de Out estampado en alguna farola.

Eso es lo que hay que recapacitar, no el ostión tonto en sí, si no la manera de ir por el mundo. Y ahí entra el pasar de las tonterías estéticas y convencionales, comprarse el puto casco y ya puestos, vigilar un poquito más.

I wanna be Goticorra

marzo 3, 2006

Las góticas tienen una manera muy dolorosa de ver la realidad. Sobretodo la realidad negativa. Cuando algo chungo le sucede a una gótica, y no es por meterme con este grupo poblacional por el cual siento respeto, admiración y curiosidad, pero cuando les pasa una cosa mala, decía, es Super Chungo. Después de la Pantoja, mi abuela, el hermano de mi abuelo, y todos los abuelos en general, las Góticas son quiénes sufren más el sufrimiento. Sufren, qué digo, se atormentan, se torturan y son desdichadas de una manera especial. Da igual el motivo, sea lo que sea, si es sufrible, será más sufrible si eres Gótica.

Así que cuando me pasa a mí algo jodidillo, a pesar de intentar hacerle frente sonrientemente, ya sea por automatismo o por qué incluso razonándolo me parece la mejor manera de pasar por alto las continuas bofetadas de esta vida cruel, pues en esos momentos, me entran ganas de ser Gótica, para sufrir de una manera mucho más poética, más creativa, más Especial. Porque coño, ya que se pasa un mal rato, oye, saquémosle partido creativo, estético, y recreemonos en la belleza de las cosas tristes, ese je ne sais quoi (jenesecuá, o yo no sé qué, para los no familiarizados con el francés) que las hace molonas y atractivas.

Así que le doy rienda suelta a mi creatividad, no muy creativa por otro lado, porque esto no es idea propia mía, aunque me gustaría. De hecho creo que sería lo más como tatuaje. Luego guardo la cámara, cierro el photoshop, me dejo de polleces, sigo a lo mio y aquí no ha pasao ná.

Y tan contentos, eh.

Lo que importa es el interior

marzo 2, 2006

Ya lo habrán oido muchas veces, la belleza está en el interior. Lo que realmente importa es cómo somos por dentro, lo que alberga nuestro frágil y perecedero exoesqueleto, nuestro yo más profundo. Lo demás, superfluosidades, trivialidades.

Por si alguien tenía dudas, después de estos silencios prolongados, después de estos posts apocalípticos, o inexplicablemente chorras, sobre si Out sigue dispuesta a mostrar sus intimidades, a desnudarse ante ustedes (metaforica y literalmente hablando si hace falta), a contarles todo todito sobre sus pajas científicas, pues aquí les muestro yo mi interior, bien orgullosa y feliz de que no tenga nada feo.

No se me pueden quejar.

El Puto Horror

marzo 1, 2006

A veces llegan a mi bandeja de correo cosas terribles. Pero esto las supera de lejos, sin duda. Quería mantener en el anonimáto a la desdichada que me ha mandado la cadena que contenía esto. Más que nada, porque ésta desdichada es mi pequeña Craby, que ya no es tan pequeña. Así que lo digo para que se avergüence y recapacite, que vea cómo las cadenas echan a perder la vida de los adolescentes. Que vuelva a sus historias del paraguas.

Dónde quedamos? Dónde has dicho??

febrero 21, 2006

Quien me conoce un poquito conoce mi fobia a las aglomeraciones de gente. Una aglomeración sólo es tolerable si es un paso inevitable de algún evento altamente disfrutable cómo, digamos, un concierto multitudinario, el mercadillo o la feria de farmacia que te regalan muestras de cosas. O eventos de los que no puedes escaquearte, sean bodas, exámenes o las rebajas. Una estrena de una peli es dudablemente evitable. La playa, por Dios, encabeza la lista de sitios con Gente a los que no se debe ir.

Enfin. Todo esto viene porque yo insisto a mis amistades, a mis compañeros, o incluso a los frikis de las kedadas de internet (cuando las había), que hay sitios infinitamente mejores para quedar que el Zürich de Plaça Catalunya. No es que no me guste el sitio en sí, hay millones de motivos a favor de quedar ahí, de hecho, precisamente por eso Todo el Mundo queda ahí, pero a la vez eso nos da los motivos para no quedar ahí. Es tan dificil… yo misma, persona de moral recta, de intelecto agudo, y pragmática en general, me debato entre los pros y contras, loca, contrariada, enparadojada. Por qué???

Vamos pues, a analizar el asunto.

Por qué SI quedar en el Zürich:
– Por intercia. Está claro que si siempre se queda ahí, no hay que dar muchas explicaciones del tipo, Si, no conoces esa tienda naturista de la calle de la tienda de tatoos donde venden pastas hechas con baba de camello? Pues el bar donde quedamos está a tres esquinas más abajo girando a la izquierda, al lado de unos chinos. Membrillo, cuantos jodidos chinos te crees tu que hay por ahí cerca de una tienda naturista?!
– Porque está bien comunicado. Ahí llegan dos lineas de metro, los ferrocarriles catalanes, la renfe y muchos buses, y las salidas de varios de ellos están ahí mismo. Vale, no hay mucha discusión. Pero aún así, será que no hay opciones de transporte.
– Porque está cerca de la zona guai. Ahi voy, cerca. Por qué no quedamos directamente en el Fnac si es que vamos ahí, o en el Bershka si vamos a mirar ropa de putilla, o en el Starbuck’s que sabemos que terminaremos visitando tras buscar algún café molón que no esté a petar de gente? Al menos nos lo pasaremos mejor mientras esperamos.

Por qué No quedar en el Zürich
– Porque lo hace todo el mundo. Come mierda! Millones de moscas no pueden estar equivocadas!
– Porque en un punto del espacio donde la densidad humana es superior a la del centro de una supernova es chunguísimo, ya no digo encontrar a quién buscas, si no asegurárte que no ha llegado antes que tú y te está esperando oculto bajo esas mochilas de los guiris alemanes. Esto nos lleva al punto siguiente.
– Por la cara de tonto que se te pone mientras buscas a alguien entre esa multitud de gente que busca a alguien. No se puede evitar. Tú buscas, esperas, estás alerta, porque si encuentras a quién esperas tienes que saltar, porque si no, se perderá de nuevo sin posibilidades de reencuentro, y no sabrás nada más de él hasta que llegues a casa y mires el correo, porque un sms es imposible, cuando hay tanta gente se satura movistar. Y mientras piensas todo esto pones cara de tonto, frunciendo ligeramente el ceño para enfocar mejor, estirando el cuello como un labrador esperando el disparo del cazador, y mirando a más lados a la vez que Marujita Díaz.

Esto último me lleva a la analogía que he pensado hoy, cuando me hallaba esperando a mi hermana en el puto Zürich. Llovía y todos, los que esperábamos a alguien, estábamos agrupados bajo el porchecito que queda a la entrada del Triangle, arropados por el leve calor que nos llegaba, con cara de tontos, esperando que apareciera alguien que nos reconociera, y se nos llevara de ahí sonrientes. Han ido alguna vez a una tienda de animales? Han visto esos cachorritos con cara de pena, que parecen decir, escójeme a mí, que este de aquí al lado tiene parásitos intestinales! Pues eso. Todos teníamos cara de, joder, que venga ya, y cada vez que venía alguien mirabamos, envidiosos, al afortunado que era elejido para abandonar ese algomerado rincón. De manera que, por mucha risa que me dé en el fondo, la cara que pone la gente cuando te busca en el Zürich, he decidido iniciar una campaña para que esto no pase más. No propongo alternativas, no quiero que busquemos un análogo, no, quiero que seamos imaginativos, que tengamos iniciativa, venzamos los miedos, y tratemos de quedar en sitios distintos cada vez.